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sábado, 6 de abril de 2013

Internet y cebollas

Las "capas" de la web
Según parece apenas manejamos un infimo porcentaje de la internet que existe, si bien esta fracción de la web total es la mas publicitada, comercial y "libre" (o permitida) existe algo llamado "deep web" que escapa de nuestros ordenadores y por lo tanto de nuestros ojos.
Especialistas informáticos sostienen que internet en realidad tiene unos 8 niveles, de los cuales los primeros 4 corresponden a todo lo que conocemos de la web. A medida que uno aumenta un nivel aumentan las restricciones de acceso y uso.
En los primeros 4 niveles tenemos todas aquellas páginas a las que cualquier usuario accede incluso siendo principiante: Google, Wikipedia, Facebook, Twitter, Yahoo!, Youtube, portales de noticias, etc. Esta clase de páginas no son muy restrictivas para el acceso de cualquiera, pero si cuidadosas de la información que ofrecen, siempre que se trate de información de empresas, clasificada o de gobierno. Tampoco se permite la publicación en ellas de contenidos que hagan apología del delito o que en sí sean un delito, lo cual está bien. Muchas de estas páginas son muy respetuosas de los derechos de autor dado que no pocas veces censuraron contenidos so excusa de violar el copyright aunque eso no estuviera completamente verificado. Con acceso un tanto más vedado, en un nivel 4 digamos, aparecen algunos programas como Torrent, Ares o eMule para compartir archivos, muchos de estos se "meten" en los archivos de la computadora para permitir a otros usuarios descargarse cosas que quizá nosotros tenemos y a ellos les interese. Vendrían a ser como una internet restringida sólamente para quienes poseen esos programas dedicada a que entre ellos cambien material e interactúen. Obviamente estos programas que sirven para compartir archivos no son muy respetuosos de los derechos de autor, lo cual hace que se "contaminen" de usuarios dedicados a hacerles mala fama, a quien no le ocurrió de descargarse algo por el eMule que nada que ver tenía con la búsqueda inicial, o peor, era un virus.

Acceso restringido
Los niveles que siguen corresponden a una internet mucho más sombría, que escapa al conocimiento de la inmensa mayoría de los internautas su existencia. En estos niveles uno puede encontrar páginas que son imposibles de encontrar en los buscadores más conocidos, y hay razones varias para que eso ocurra. Se sabe que hay redes de pederastas que comparten información por la web, pero no por los canales tradicionales. Algo similar ocurre con aquellas que pregonan la violencia racial, tráfico de órganos, de armas, narcotráfico, terrorismo (armar bombas o planificar atentados), creación de virus informáticos, trata de personas o las prácticas sadomasoquistas. Hay que ser muy tonto para crear una página o blog con esos contenidos y creer que a uno no van a venir a buscarlo en la internet "popular". Las redes de sujetos que tienen estas ideas o gustos se pasan la información de una manera muy "artesanal" y siempre entre contactos que les inspiren confianza, que no parezcan espías...
En esta "internet oculta" se sabe que también transita información de altísimo nivel. Por ejemplo el Pentágono y la CIA usan la web para intercambiar secretos de estado entre sí o con otros organismos, para eso deben hacerlo de una manera segura que impida su filtración. Muchos bancos y financieras  hacen sus manejos por esta vía, a escondidas del público común. Esto da lugar también a que pululen toda clase de hackers en esta parte de la red, algunos trabajan para servicios de espionaje, otros son curiosos, anarquistas y también los hay verdaderos delincuentes. En contrapartida muchos hackers fueron contratados por empresas y hasta por agencias gubernamentales para contrarrestar el espionaje informático.
Gary MacKinnon
Como ejemplo está el caso del que fue el hacker más famoso hasta la llegada de Julian Assange con su Wikileaks, se trata del escocés Gary Mac Kinnon. Este peluquero en sus horas de ocio se dedicaba a violentar los sistemas de seguridad informáticos de los EEUU buscando pruebas acerca de OVNIS y fuentes de energía antigravitatoria que, según Mc Kinnon, el Pentágono viene usando desde hace años gracias a copiar tecnología extraterrestre. Este espía informático asegura que las altas esferas del ejército norteamericano usan tecnología antigravitatoria, cuya masificación resolvería la escasez energética del futuro, pero que no sería conveniente porque la producción de energía libre perjudicaría a las empresas energéticas y a la industria bélica, al haber energía libre no serían necesarias las guerras para ir a apoderarse del petróleo o del uranio. Lamentablemente McKinnon nunca pudo probar seriamente sus afirmaciones, para colmo cometió el peor error que puede tener un hacker, violentaba las páginas del Pentágono y de la NASA desde su propia casa...
Mc Kinnon fue tomado por loco, pero no por ello dejaron de existir los que aún fantasean con sus teorías.

Hasta con dominio propio
Esta internet vedada a las masas parece contar con un lenguaje propio. Existe cierto navegador TOR que permite indagar por páginas de acceso restringido sin ser detectado. Obvio que previamente se requieren cierta clase de configuraciones engorrosas para cualquier neófito en el tema. Están también los dominios ".onion" que así como los ".com", ".org", ".gov" o ".edu" permiten el acceso a gran diversidad de páginas con una diferencia, estos dominios son inhallables en cualquier buscador de los que conocemos. Cabe aclarar que estos no son servidores públicos, sino privados por lo tanto uno debe contar con un permiso previo de la existencia de estas páginas para poder acceder a ellas también desde un servidor privado.
Las páginas ".onion" se caracterizan además por tener como dirección un código de 16 caracteres alfanuméricos (o sea xxxxxxxxxxxxxxxx.onion, donde las x son letras o números) esto quiere decir que a diferencia de las páginas que conocemos, la dirección por sí sola no nos dice nada y es bastante difícil de memorizar. Hay que tener cuidado, si uno toma nota incorrecta del enlace y se equivoca con un caracter, en lugar de llegar a la página buscada, bien podría llegar a una cuyo código se parezca mucho, donde nos enseñen a "crackear" software pago, a una donde hagan cultos satánicos, a una de canibalismo o a ninguna parte si la página con la dirección que alteramos no existe.
Internet es como una cebolla, solo que la inmensa mayoría de los usuarios no sabemos que hay debajo de la cáscara.

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