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domingo, 17 de agosto de 2014

La Operacion Gladio (los ejércitos secretos de la OTAN)

Príncipe Valerio Borghese
Poco después de la II Guerra Mundial para muchos comenzó la Tercera, la que conocimos por Guerra Fría. El temor que muchos tenían por una invasión soviética a Europa Occidental llevó a que los servicios de inteligencia estadounidenses, británicos, franceses y belgas iniciaran en Italia una operación conocida como Gladio, la que quizá fue una de las primeras muestras de injerencia que se tornarían habituales a través del mundo.
A finales de los '40 no existía la CIA, pero estaba su predecesora la OSS. Esta agencia de espionaje de EEUU estaba particularmente preocupada por la expansión del comunismo y junto a sus pares europeos fomentó la creación de guerrillas (partisanos) en distintas partes de Europa capaces de alzarse en armas ante una eventual invasión de la URSS o de generar una rebelión ante escenarios electorales favorables a la izquierda.
El debut de estos grupos se dio en 1948 en Italia, la frontera sensible entre la Europa Occidental con la "Cortina de Hierro". En este país el Comunismo contaba con grandes chances de ganar las elecciones, pero los disturbios ocasionados por estos grupos y la ayuda económica al candidato de derecha torcieron el rumbo electoral italiano. Las filas de estos grupos fueron engrosadas por integrantes de bandas fascistas afines a Benito Mussolini (como los Camisas Pardas) que además contaban con información propia sobre dirigentes izquierdistas locales en tiempos del "Duce".
Similar estrategia se aplicó en Alemania donde ex jerarcas nazis fueron protegidos por los EEUU y el Reino Unido de ser llevados a la justicia por la abundante información con que contaban y con la cantidad de agentes de las SS que aún les respondían (se menciona el ejemplo de Klaus Barbi).
Si bien en muchos casos los grupos afectados a la operación no tuvieron que actuar de manera oficial, algunos de sus miembros se creyeron con impunidad para operar por su cuenta y aniquilar a dirigentes progresistas que fueran de su antipatía.
La monarquía belga le debe mucho a la Operación Gladio. El riesgo de un triunfo comunista luego de la Segunda Guerra en Bélgica llevó a la ultra derecha a reclamar la vuelta del príncipe Balduino y proclamarlo rey. Todo esto se consiguió a fuerza de revueltas similares a las llevadas a cabo en Italia. No conformes con ello, el principal dirigente comunista belga fue asesinado por un miembro de estos grupos reaccionarios.
No se sabe cuánto del dinero del Plan Marshall se destinó a preparar a estas facciones anticomunistas, lo cierto es que mientras al mundo se le mostraba la creación de la OTAN y de la ONU para "evitar que ocurran nuevas aberraciones como el nazismo" (en todo caso podemos decir que se fracasó en el objetivo) en las sombras se creaban estructuras paralelas con el guiño de los servicios secretos occidentales y de la misma OTAN.
Lo que hoy vemos en Ucrania, Siria, Latinoamérica, Kosovo, Libia han sido modelos quizá perfeccionados de estos grupos fascistas que bajo el disfraz de patriotismo han generado violencia y grave inestabilidad política en estos lugares y también cierta protección con la que cuentan los partidos de ultra derecha en países de la Unión Europea como garantes del mercado que aparentan ser patriotas (Ver La Banalidad del Mal).
¿Qué será hoy de estos grupos? ¿Cómo son sus versiones modernas? A pesar de las investigaciones pedidas por los parlamentos de varios estados europeos, muy pocos de sus miembros rindieron cuenta ante la justicia.
Este documental de la BBC del año 1992 nos muestra que la injerencia extranjera para proteger a los privilegiados de siempre no es tan nueva.